Conferencia - Prólogo y álbum

El pasado 22 de abril tuvo lugar la presentación del libro "Treballs de recerca d'alumnes de batxillerat del Bages i del Moianès, curso 2022 - 2023" (Trabajos de investigación de alumnos de bachillerato del Bages y del Moianès, curso 2022- 2023), en la que tuve el placer de participar dando una charla sobre la investigación en el mundo de la música. También se me encargó la preciosa tarea de escribir el prólogo del libro, que os comparto aquí abajo.

La investigación como método de trabajo en la música
El equilibrio entre el yo artista y el yo intérprete.

El eterno dilema de si el músico es creador o intérprete nos acompaña desde los inicios de la música clásica en el siglo XVI. Habiendo pasado por distintas etapas, en función de los momentos históricos y filosóficos que la humanidad ha vivido, actualmente existen diversidad de opiniones al respecto.
Nunca imaginé, cuando era estudiante, que la investigación sería una parte tan importante de mi día a día. Pero ciertamente se ha convertido en la herramienta básica para encontrar aquello tan valioso y efímero: convertirse en creador e intérprete a la vez.

Como instrumentistas, nos especializamos en nuestro instrumento, en dominarlo para poder comunicar con exactitud lo que queramos, en convertirlo en nuestra propia voz y poder emitir sonoridades infinitas. Aprendemos a tomar decisiones sobre como queremos que suene cada nota y sobre como trabajar pasajes musicales complicados. Educamos nuestro oído a escuchar cada pequeño detalle: afinación, timbre, volumen, color... Nos entrenamos en la multitarea, siendo capaces de tocar nuestro instrumento, con todos los procesos mentales que eso conlleva y, a la vez, hacerlo con otros músicos, escuchando lo que hacen en cada momento para ir juntos e interactuar en directo. Obviamente, nuestra manera de tocar quedará conformada por nuestra personalidad y nuestros gustos. No hay dos personas que toquen igual un mismo instrumento, aunque hayan estudiado con el mismo profesor y en las mismas circunstancias. Por tanto, entendemos que hay un proceso creativo, individual y único cuando alguien hace música. El instrumentista es artista en tanto que crea un sonido personal e irrepetible con su instrumento.

Con el paso de los años, cogiendo distancia del instrumento y sumergiéndome en el mundo de la dirección orquestal, me he dado cuenta de que la música es un arte curioso que nace y existe en la mente del artista creador, el compositor. Pero para poder hacer llegar esa obra de arte al público es imprescindible un intérprete, alguien que entiende el lenguaje musical con el que se plasma la música en una partitura y pueda transmitir la obra de arte a aquel que la escucha. Cuando dirijo una orquesta no toco ningún instrumento, pero manipulo con mis manos el sonido de todos y tengo la responsabilidad de tomar las decisiones que conformarán la versión final. Intento ser lo más fiel posible a la partitura, pero el lenguaje musical, aunque sea muy meticuloso, no puede plasmar al 100% todos los detalles que el compositor tiene en la cabeza. Además, mi interpretación siempre será subjetiva y quedará inevitablemente impregnada de mi personalidad, gustos y deseos.
Es por eso que cuando me acerco a una partitura siempre me pregunto: "¿Qué quería transmitir el compositor?" Y aquí es donde entra en juego la investigación. Conocer el contexto, la vida del compositor, sus relaciones personales y profesionales, su educación, el momento histórico en el que vivía y también el momento vital en el que compuso la obra, si esta iba dedicada a alguien, si componía por dinero, por placer o por encargo, su proceso creativo y su evolución, qué instrumentos tocaba, etc. Absolutamente todo lo que pueda investigar, analizar, comparar y poner en común me servirá para conseguir una interpretación viva y fidedigna. De alguna manera podré meterme en la mente del compositor para entender como quería que esa música sonara. Cuando un músico es capaz de tocar habiendo comprendido al máximo lo que el compositor deseaba transmitir, habiendo trabajado la partitura al milímetro y añadiendo su genialidad personal, entonces nacen interpretaciones magníficas, únicas e irrepetibles. Este equilibrio se ha convertido en mi objetivo.

Deseo que estas palabras sean de inspiración y ánimo para vuestras futuras carreras. Deseo que nunca dejéis de haceros preguntas y de buscar respuestas. Y os felicito por estros trabajos que solo son el inicio de una vida profesional en la que, de alguna forma u otra, la investigación, seguro, formará una parte imprescindible en vuestro desarrollo.
¡Enhorabuena!